Hola, hoy te voy a hablar sobre un tema que lo he titulado No permitas que esto te sabotee, y te hago una pregunta. ¿Cuánto vale nuestro trabajo? El otro día leí un artículo que publicó la cadena de televisión nacional de España, radio televisión española, en su sección de noticias, de cultura, las dificultades que tienen los compositores de banda sonora en el cine español para cobrar su trabajo acorde a lo que exigen los productores cinematográficos.

En el artículo hay varias entrevistas a a distintos compositores nacionales de renombre como son Roque Baño, Fernando Velásquez y Javier Capellas. Todos coincidían en que antes se les daba una partida económica para realizar la producción musical aparte de su caché como productor. Perdón, de su caché como compositor. Pero la situación actual parece ser que ha cambiado e incluso en la gala de entrega de los Premios Goya de año del dos mil veintidós, la ganadora, la ganadora en este apartado, la compositora Celtia Montes, por la música original de la película, el buen patrón, hizo pública su queja al recoger el premio de esta situación argumentando que en comparativa las películas de Hollywood, para para este menester adjudican treinta veces más del presupuesto que se hace aquí en España. Pero ¿qué ocurre?

Que además los productores de cine españoles quieren la misma calidad y resultado y medio que los americanos ponen a disposición de sus producciones. Ahora, del presupuesto total de la película, el productor le asigna una partida económica al compositor, y este se tiene que buscar la vida para realizar toda la banda sonora e intentar hacer malabares para que tengan la posibilidad de que le sobre algo como beneficio propio. Esto es rocambolesco, pues si cuando se contrata un artista para un concierto se le paga su caché artístico además de la producción del espectáculo, ¿Por qué no se actúa de la misma manera cuando se contrata a un compositor o a un productor musical? Y os podéis preguntar, ¿cuáles pueden ser las causas? Hay varias, pero una de las más importantes es que nosotros o nosotras, nosotros mismos estamos jodiendo al mercado, por decirlo claramente.

Siempre ocurre lo mismo, en muchos sectores como como en la música, pero en el tema creativo, sea el que sea, pasa lo mismo, siempre va a haber una legión de compositores dispuesto a trabajar por debajo de los precios de costo. Y de eso se aprovechan los que contratan, pues que saben que siempre va a haber alguien que pasa por el aro y traga con lo que le echen con tal de conseguir el trabajo, sin entender qué está fastidiando a otros, y lo más importante se está fastidiando a sí mismo. Por eso mi reflexión es que hay que luchar por cobrar siempre tu trabajo. Has invertido tiempo en formarte tus conocimientos puestos al servicio de la causa, tus equipos o tu inversión propia que has hecho, no regales. Tu creatividad tiene un precio, y aunque es lo que muchos estáis pensando que cuando hace falta se hace lo que sea, y os doy la razón, pero no por ello hay que prostituirse.

Allá con la conciencia de cada uno evidentemente, pero lo más importante que debes de hacer es paquetizar tu servicio o trabajo y estipular un precio el que realmente lo quiera, lo va a pagar, siempre y cuando seas coherente según tu nivel, hay que dar como resultado lo que se cobra. Ponte a ello y no tengas miedo cuando hables con un cliente en marcar tu territorio creativo y económico, sobre todo. Aunque pienses que no está bien, tendrán la reacción contraria a tu pensamiento, te verán como un verdadero profesional si hace esto. Esta problemática existen todos los verticales o roles relacionados con la música. Como hemos comentado, hablamos de los compositores.

Pero tenemos luego, por otro lado, los productores musicales, los beatmaker, ingenieros de mezcla, ingenieros de mastering, técnico de grabación, técnico de sonido, músico de sesión, músico de directo, arreglista, orquestadores, manager y manager, y alguno más que a lo mejor se me queda por ahí. Todos deben cobrar por su trabajo. Todos tienen su precio independientemente de los acuerdos los que puedan llegar en una en en una negociación. Pero lo más importante es que, sobre todo, tú lo tengas claro, no regales ni tu tiempo ni tu trabajo.

MUCHA FUERZA Y MUCHA MÚSICA